viernes, 11 de julio de 2008

Hermanos cap.14

Cap.14: Despertares

Mientras, en el cuarto de baño, Gael permaneció un instante observando su imagen en el espejo. Aún tenía la sangre de aquel hombre en su cuerpo.
Mentalmente, repasó todo lo sucedido aquella noche. ¿Había cometido algún error? No. De nuevo, la policía se encontraría sin ninguna pista, pero, ¿hasta cuando podría continuar con aquello?

Cuando era pequeño, sus capacidades deductivas y su memoria ya habían sobresalido por encima de la media. Fue entonces, cuando los cuerpos de seguridad del estado habían decidido que él era más útil para ellos que para su familia. Así que, sin pedirlo siquiera, le separaron de su familia y lo sometieron a un entrenamiento intensivo, demasiado duro incluso para un soldado de élite.
Ellos le habían convertido en lo que era. Cuando llegó la adolescencia, Gael ya había participado en más misiones que cualquier veterano, pero, no tenían la intención de dejarle marchar. Nunca lo harían, era demasiado valioso y sabía demasiado. Entonces, Gael decidió pagarles con la misma moneda; y creó a Morfeo, un asesino a sueldo que actuaba como una sombra y que desbarataba la gran mayoría de sus planes.
Sin embargo, comenzó a padecer su fobia. Los actos de Morfeo se redujeron y la organización que le controlaba lo aisló completamente del mundo. Encerrado en una instalación secreta, se vio drogado de todas las formas posibles para intentar controlar sus ataques mientras, por otro lado, era obligado a continuar resolviendo misiones a distancia.
Entonces, sólo unos pocos privilegiados sabían cómo ponerse en contacto con él. Tenía una persona de confianza que actuaba como contacto, ya que, el resto parecía haber olvidado su existencia con el tiempo.
Un día, aquel hombre de confianza no apareció a la hora determinada.
Desde su aislamiento, Gael investigó lo sucedido. ¡Un estúpido y simple accidente de tráfico había acabado con la vida de la única persona que conocía su rostro de adulto!.
Y entonces vio una luz. Desde su ordenador, borró todos los datos reales, cogió su ordenador portátil y se fue del edificio sin dejar rastro. Ahora, se había convertido en una sombra a la que nadie podía poner cara ni nombre, pero aún seguía con su otra personalidad.

Al principio, Morfeo había sido creado como venganza, ahora, lo mantenía para poder desarrollar sus capacidades a otro nivel.
No podía negar que le producía un placer extraño servirse de él, pero, ¿cuánto tiempo podría seguir con aquello? Y, aunque su voz era modificada, ¿podría algún día alguien encontrar una pauta que llegase a relacionarlo?


Aurora ya estaba preparada para salir cuando se topó casi de narices con Gael que salía del cuarto de baño. Estaba cubierto sólo con una toalla en su parte inferior y secaba su pelo con otra toalla.

_¿Te vas? - preguntó dejando la toalla sobre sus hombros.

Aurora le miró, estaba en forma, sin duda, y el pelo rubio claro enmarañado, húmedo y aquellos ojos grises la hicieron sentirse ligeramente incómoda.

_Sí, la gente dejará de venir si abro la tienda sólo cuando me da la gana. Debo seguir más los horarios.

_¿Hay algo para desayunar?

¿Sólo le interesaba la comida, o qué?; se preguntó Aurora.

_Y a mí qué me explicas... - replicó intentando mostrarse ofendida - de todas formas, según tú, yo sólo sé envenenar a la gente... Harías bien en no comer nada de lo que yo preparo.

Gael sonrió irónicamente. Aquello sulfuró aún más a Aurora.

_Y, antes de que lo digas- continuó - ¡No me pasé con la dosis que le dí a aquel chico! ¡No lo dejé en coma! ¡Sólo duerme!

_Estoy completamente seguro de ello - contestó él con toda la calma del mundo.

Aurora se quedó con la boca abierta, a punto de decir algo más y le miró sorprendida. ¿Le daba la razón? ¿A qué venía aquello ahora? Gael señaló detrás de ella.
Aurora gritó sobresaltada al girarse y dio un paso atrás golpeando a Gael que la sujetó por los brazos.
Delante suyo, el chico de pelo negro la miraba con los ojos entrecerrados, aún sumergidos en el mundo de los sueños. De hecho, parecía más dormido que despierto.

_¿Podría hacerme otro café? Creo que me he quedado dormido un par de horas...

_Para ser exactos - le corrigió Gael - has dormido un día entero y dos horas y media.

_¡¡¿Qué?!! - replicó el chico abriendo sus ojos como platos.

En aquel momento, Aurora quiso que se la tragase la tierra.

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