viernes, 20 de junio de 2008

Hermanos cap.6

Cap.6: Huida

Poco después, aprovechando el amparo de la noche, salieron de los aposentos. En aquella hora, la gran mayoría de los magos estaban ocupados realizando conjuros, era el momento ideal. De esa forma, nadie notaría su partido hasta el día siguiente, cuando ellos ya estuviesen muy lejos del caserón.
Gabriel, caminaba entre las sombras, tal y como le había ordenado su hermano, procurando ocultar su cara a los pocos magos desocupados que se cruzaban con ellos. Darío, sin embargo, caminaba por el centro del pasillo, con paso decidido y la mirada altiva de forma que si alguien se cruzaba con ellos no podía evitar observarlo, prestando así menos atención a la sombra que se deslizaba cerca de él.
No tuvieron muchos encuentros, pero Gabriel tembló con cada uno de ellos.
Cuando ya estaban a punto de alcanzar la puerta de salida, oyeron una voz a su espalda.

Darío! ¡Darío!, por fin te encuentro...

Un hombre bastante mayor que ellos se les acercó. Pareció no ver a Gabriel, y aunque a Darío le dio un salto el corazón, mantuvo su cara y su ánimo imperturbables.

_Hay reunión de los miembros del círculo interno - le explicó el mago.

_¿Reunión? - replicó Darío - no sé que hubiese decidida ninguna reunión hoy.

_Y no la había, pero han sucedido una serie de cosas que han obligado a convocar una.

Darío maldijo para sus adentros. No podía decir que no iría. Debía pasar lo más desapercibido posible, aunque eso implicase tener que retrasar su salida.

_Está bien, te sigo - replicó mientras a su espalda, sus manos realizaban unos movimientos apenas perceptibles.

Gabriel se quedó paralizado durante unos instantes viendo como su hermano se alejaba de él girando a su derecha. Cuando dio un paso para seguirle, pudo ver de reojo como a su lado, en la pared, aparecieron unas letras escritas con fuego. "Espérame fuera, más allá del bosque", ponían; y al instante de leerlas desaparecieron sin dejar rastro. Gabriel dudó. Sin duda, era mucho mejor obedecer a su hermano, al fin y al cabo, a él le costaría mucho menos salir sin levantar sospechas una vez hubiese atendido a la reunión.
Sin embargo, cuando tuvo el picaporte de la puerta en sus manos, tuvo el impulso de salir corriendo detrás de su hermano. Dejándose llevar por aquel impulso, el chico se dirigió con paso rápido tras los pasos del mago.

Sin saber muy bien a dónde ir, Gabriel vagó por todo aquel caserón, intentando mantenerse oculto mientras buscaba algún rastro que le indicara dónde se encontraba. Finalmente, al pasar frente a unas vidrieras decoradas, observó que en el centro de la sala que se hallaba tras ellas, situada a sus pies, se alzaba la figura de su hermano. Frente a él, un demonio se retorcía de dolor hasta desaparecer convertido en cenizas. A su alrededor, rodeándolo, estaban los magos del circulo interno. Gabriel los conocía bien a todos y la rabia se apoderó poco a poco de él al volver a observar sus rostros.
De repente, su hermano se giró, ¡estaba sonriendo!, pero era una sonrisa extraña que parecía lanzar veneno contra los que iba dirigida. Gabriel se sorprendió, nunca hasta entonces había visto aquella expresión en los ojos ni en la cara de su hermano. ¿Qué estaba pasando?, desde donde estaba, no podía oír lo que hablaban, sólo podía mirar hacia abajo a través de la vidriera que lo mantenía oculto de las miradas de los magos, camuflado en un mosaico de colores a través del cual veía la escena. Sin embargo, Darío pareció mirarle durante unos segundos con aquella expresión en su rostro mientras levantaba ligeramente sus brazos, mostrando la palma de sus manos. Gabriel notó como un escalofrío recorría todo su cuerpo mientras le observaba paralizado.
"¡No!, ¡no podía querer realizar aquel conjuro! Aquel conjuro necesitaba demasiado poder y control, ¡le destrozaría!".
Con las manos apoyadas en la vidriera gritó con todas sus fuerzas, pero en el interior de la sala nadie pareció escucharle y, cuando de las manos de Darío comenzó a brotar sangre, Gabriel se preparó para lo peor mientras entre los magos cundía el pánico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

+TE KIERO MI NIÑAAA Y GRACIAS POR PASARTE POR MI BLOGGGGG