sábado, 21 de junio de 2008

Hermanos cap.8

Cap.8: Silencio

No supo cuanto tiempo pasó fuera de sí, ni qué exactamente le hizo reaccionar, pero, cuando lo hizo, intuyó que no le quedaba mucho tiempo si quería ayudar a su hermano, que seguía inconsciente a sus pies. Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban, lo cogió en brazos y salió del caserón mecánicamente, como un muñeco sin alma.
De esa misma forma, caminó toda la noche, atravesando el bosque, siguiendo la luna, hasta que llegó a un pequeño lago situado a una distancia que, más tarde, sería incapaz de determinar. Una vez allí, volvió a dejar a su hermano en el suelo. Tendría que tener los brazos destrozados del esfuerzo, pero, Gabriel ya no sentía. Ahora, era sólo una máquina que se movía gracias a una energía desconocida y, cuando se agotara, sólo esperaba morir.

De rodillas, ante el cuerpo de su hermano, observó cómo tímidamente parecía querer salir el sol. Aún le quedaban unas dos horas de espera antes de la hora convenida. Y, de nuevo, volvió a mirarlo; su pelo rubio, ahora despeinado, su piel ligeramente más morena que la suya...; y, recordó la energía y la fuerza que siempre le acompañaban, la seguridad con la que siempre hablaba, y su sonrisa. Y, sin embargo, por su culpa, ahora.... Porque no le quedaba ninguna duda de que el enfrentamiento que había visto era debido a su desaparición.
"No te preocupes", le decía él siempre que hablaban del tema, "si me descubren, no saben la jugada que me reservo".
Pero jamás se hubiese imaginado que se refería a aquello; si lo hubiese sabido, quizás hubiese podido... Sin pretenderlo, había dañado a la única persona que se había preocupado por él, a su propio hermano.

Al ir a tocar su rostro, se detuvo. Aún tenía sus manos manchadas de la sangre de aquellos que le habían dañado, y sintió rabia. No mancillaría el rostro de su hermano con la sangre de aquellos desgraciados...
Mirando a su alrededor, vio el lago y pensó en lavarse en él, pero, si se iba y le dejaba, aunque fuera por un instante, quizás no se cumpliera lo que "él" le había indicado y, entonces, nada habría servido para nada. "Deberás permanecer a su lado hasta que la niebla os cubra", le había dicho, y tembló en su interior al recordar su voz.

Atemorizado, Gabriel esperó junto a su hermano sin atreverse a moverse siquiera, mientras la niebla matutina comenzaba a aparecer.

3 comentarios:

Rosazul dijo...

Ya me leí los otros 3 capis!!!!

Esto se pone cada vez más interesante. ;_; pobre Darío, mira que sacrificarse así por Gabriel. No sé que va a hacer y supongo que quien lo ayuda es un demonio, pero ojalá pueda ayudarlo.

Me encanta!! en serio. No tardes en publicar lo que sigue.

Besitos.

Mara dijo...

XD Adivinaste bien.
Se trata de un demonio. Más adelante se descubre la relación que le une a Gabriel. Pero no quiero hacer spoiler de mi propia obra. XD

Gracias por seguirla.

Besos

Anónimo dijo...

QUIERO SPOILES MARAAAAA XDDDDD NOS LEEMOS LINDA!!! Y SIGUE PUBLICANDO XDDDD